El Custodio del Colegio de Augustales de Herculano

Lindsey Hall

Los momentos finales

Sólo podemos especular sobre por qué el custodio del Colegio de Augustales estaba solo en la cama en el momento en que el flujo piroclástico arrasó Herculano en ese fatídico día del año 79 d.C.

Los acontecimientos de ese día se desarrollaron con una rapidez aterradora. Durante horas, el Vesubio había estado arrojando ceniza y piedra pómez al cielo, convirtiendo el día en noche sobre la bahía de Nápoles. La ciudad costera de Herculano, enclavada en la base del volcán, parecía inicialmente más segura que Pompeya, ya que los vientos dominantes alejaban la mortífera nube de ceniza. Pero este aparente alivio fue una cruel decepción.

Dados los temblores de tierra y el ruido ensordecedor del volcán en erupción cercano, es muy improbable que nuestro custodio estuviera dormido. El suelo se habría estremecido bajo su modesta cama, y ​​el rugido de la montaña habría ahogado cualquier intento de paz. ¿Quizás se refugiaba en lo que creía un lugar seguro, creyendo que los sólidos muros del edificio sagrado podrían protegerlo? ¿Quizás el trauma fue demasiado para un corazón débil, y se desplomó de puro terror? ¿Quizás su sentido del deber y la dignidad lo obligaron a permanecer en su puesto, reacio a abandonar su sagrada responsabilidad incluso ante la proximidad de la muerte?

Lo que sí sabemos es que su esqueleto fue encontrado en el momento de la excavación tendido sobre su cama.

La Sagrada Institución

El Colegio de Augustales era una orden cívica de libertos, antiguos esclavos que habían obtenido su libertad, encargada de la organización del culto imperial. No se trataba de un mero cargo honorario. Se trataba, más bien, de un cursus honorum alternativo, creado por Augusto para libertos, en su mayoría exitosos, a quienes se les negaba el acceso a las magistraturas normales del imperio. El edificio de Herculano reflejaba este elevado estatus: un gran salón con cuatro columnas centrales que sostenían un tejado plano.

Las estatuas de los divinos César y Augusto se alzaban sobre bases que aún existen, con sus formas de mármol contemplando los rituales cotidianos de devoción. Estas estatuas fueron robadas por coleccionistas del siglo XVIII, dejando solo sus pedestales como espectrales recordatorios de la presencia imperial.

Dos escalones señalaban el área sagrada, marcando el límite entre lo mundano y lo divino. El hermoso santuario central, que se muestra aquí, habría sido, y sigue siendo hoy, el centro de atención de la sala. Nuestro custodio dormía justo a la derecha de esta imagen en una pequeña habitación; una modesta cámara acorde con su posición, y fue aquí donde lamentablemente encontró su fin en el año 79 d. C.

Descubrimientos modernos

Desde que escribí esto por primera vez a finales de 2019, la investigación sobre este individuo ha revelado dos hechos que han profundizado tanto nuestra comprensión como nuestra sensación de tragedia. Uno es bastante común, pero conmovedor en su mundana realidad: el hombre tenía quizás 20 años. Veinte años; apenas más allá de la niñez para nuestros estándares, aunque en la época romana se le habría considerado un hombre en la flor de la vida.

El segundo hecho es extraordinario, casi increíble: el calor fue tan intenso que su cerebro se convirtió en una sustancia cristalina. Según artículos que he leído sobre este caso, se trata de un descubrimiento único: el único fenómeno conocido en la naturaleza. Las temperaturas requeridas para tal transformación son casi incomprensibles, alcanzando quizás 500 grados Celsius o más en cuestión de segundos. Esto habla de la inimaginable ferocidad de esa oleada piroclástica, una pared de gas sobrecalentado y materia volcánica que se movía más rápido que un carro de carreras.

El descubrimiento nos recuerda que detrás de cada hallazgo arqueológico se esconde una historia humana. No se trataba simplemente de un custodio, sino de una persona con un nombre que jamás conoceremos, y un futuro que terminó en un instante, una mañana de otoño hace casi dos milenios.

Artículo de BBC News: https://www.bbc.co.uk/news/articles/cgr2n8xx5gyo

Fotografía tomada en Herculano en diciembre de 2019.

The Custodian of the Collegium of Augustales at Herculaneum
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1 comentario

Very sad, but interesting. Thank you.

Annie Ross

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